El sueño del clérigo Manuel Quintano, hace más de un siglo, fue conseguir reflejar el carácter de la uva en un vino que fuera capaz de retar al tiempo.
El tiempo le dio la razón … y nosotros, en Manuel Quintano Labastida, hemos querido dar réplica a esa aspiración con una gama de vinos que le honra, para ello, somos muy rigurosos en todo el proceso de elaboración, con el fin de obtener un resultado honesto y serio. En un momento en que los vinos de la zona no aguantaban el paso del tiempo viajó a Burdeos en 1786 para aprender las técnicas francesas. A su vuelta a casa fue el primero en despalillar las uvas, utilizar azufre y envejecer los vinos en barrica, iniciando un profundo cambio en Rioja, clave para entender los vinos actuales.
Los vinos de Manuel Quintano hablan con sinceridad del viñedo. Se trata de un proyecto de viñedos viejos, de nuestras mejores 60 hectáreas, de un trabajo minucioso y detallista parcela por parcela que culmina con el envejecimiento tanto en hormigón, como en las mejores barricas y fudres de roble francés del mercado.
Nuestra cuidada reinterpretación del emblema de la bodega durante los últimos 30 años.
Un tempranillo elegante y serio, reflejo de un paisaje vibrante: nuestras viejas cepas junto a la sierra.
Nuestra versión más moderna y versátil del tradicional cepaje de rioja: tempranillo y una pizca de garnacha.
La garnacha en su versión más atlántica a través del trabajo sobre cinco viñedos viejos.
Viejas cepas de viura y el trabajo de sus lías moldean un blanco serio, elegante y con gran capacidad de guarda.
La expresión más pura y transparente del tempranillo en labastida: un vino de segundo año elevado en hormigón.
COLECCIÓN CRUCES DEL DEÁN
Nuestras parcelas albergan una tierra que da origen a una uva con carácter, fiel al reflejo de su terruño.
CRUCES DEL DEÁN
Cada botella de la colección «Cruces del Deán» es una celebración de esta dualidad. Forman parte de este proyecto tres viñedos únicos por su carácter y originalidad: El Saúco, Los Herreros y La Calavera. Cada uno de ellos refleja, a su manera, una versión única e irrepetible del lugar del que surge en Labastida
La imagen de cada botella, con un mosaico en forma de cruz, representa su correspondiente parcela y los cruces de caminos entre ellas. Lo hace simbolizando también la intersección entre historia y viticultura.
Cada cruz cuenta una historia de esfuerzo, pasión y dedicación y refleja nuestro compromiso por la búsqueda continua de la excelencia y autenticidad.
Descorchar una de estas botellas es embarcarse en un viaje a través del tiempo, conectando con la herencia de uno de los grandes visionarios del vino en España.
Un viejo viñedo de los de antes: suelos pobres, enclave mágico y el rey tempranillo, rodeado por otras muchas uvas.
Los herreros es un lugar frágil y cautivador de arenas calcáreas y esculpidas cepas de garnacha.
Las uvas de viura destacan en la calavera sobre su suelo rojizo hasta convertirse en un gran blanco de guarda.
Descorchar una de estas botellas es embarcarse en un viaje a través del tiempo, conectando con la herencia de uno de los grandes visionarios del vino en España.
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Tienda on line
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Avenida Diputación, 53
01330 Labastida (Álava)
España
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